CAÑÓN DE
LAS BUITRERAS.
La
Garganta de las Buitreras es una estrecha angostura, de paredes verticales de
más de 100 metros de altura, situada en el curso del río Guadiaro.
Para
visitar Las Buitreras, se debe llegar primero hasta El Colmenar, también llamado
Estación de Gaucín. Una vez aquí, hay dos opciones posibles: llegar siguiendo
la vía del ferrocarril, o bien, por un sendero que discurre por el margen
occidental del río Guadiaro. La ruta que sigue la vía del ferrocarril es
absolutamente desaconsejable, pues atraviesa cuatro túneles, algunos de ellos
de gran longitud y nula visibilidad, con el consiguiente peligro de ser
arrollados por el tren. Por lo tanto, recomendamos seguir el camino que va por
el margen del río, que además tiene como aliciente el poder disfrutar de la
flora y la vegetación del entorno.
La ruta tiene dos partes bien diferenciadas: en primer
lugar, el tramo entre El Colmenar y las primeras escotaduras de la Garganta; y
en segundo lugar, el tramo que rodea la Garganta por el lado occidental y llega
hasta el Puente de los Alemanes.El primer
recorrido tiene un grado de dificultad que podemos considerar fácil. No se
necesita ninguna preparación especial para poder acometerlo, y la duración
aproximada del mismo es una hora. El segundo tramo ofrece algo más de
dificultad, debido a que se sube a una altura considerable por una ladera
bastante inclinada y luego se debe bajar hasta el otro lado de la garganta.
Todo ello por sendas que a veces se pierden entre el matorral. Este tramo lo
consideramos con un grado de dificultad moderada y se puede hacer en algo menos
de una hora.
Tenga en
cuenta que este paraje natural se ha mantenido prácticamente intacto durante
siglos, ayúdenos a que siga así mucho tiempo.
El camino hacia Las Buitreras parte de las inmediaciones de la Central
Eléctrica. Para llegar hasta allí, primero seguiremos una carretera que sale de
El colmenar y llega hasta la misma Central. Una vez dentro, subiremos por un
camino que va paralelo a la tubería de conducción de agua. Llegaremos a una
puerta metálica. Debemos atravesarla y seguir el sendero que va hacia la
derecha, pasando por debajo de la tubería.
Unos 50 metros después de dejar la tubería, aparece ante nuestros ojos
una preciosa vista del río Guadiaro. Seguiremos el camino, que está
perfectamente delimitado, hasta llegar a un túnel de desagüe. Desde ahí la
vereda empieza a descender hasta llegar al río.
Llegamos a un pequeño llano donde hay una gran cantidad de adelfas. Un
poco más adelante el camino se bifurca: una vereda sale hacia la derecha y
continúa por el margen del río, la otra se eleva un poco y se adentra en el
matorral. Debemos seguir esta última.
Siguiendo el camino, podremos ver al otro lado del río los restos de una
casa. Este lugar se conoce con el romántico nombre de La Huerta Perdida. A la
izquierda, los impresionantes barrancos de Arroyo de Carboneras.
Si
continuamos el camino veremos que pronto se vuelve a dividir. El sendero de la
izquierda asciende hasta llegar a la vía del tren. Nosotros seguiremos hacia la
derecha. El camino desciende un poco y atraviesa un arroyo. Debemos rodear la
ladera del monte y llegaremos a la charca conocida como El Nacimiento.
El
ferrocarril discurre por esta zona del valle a través de un túnel abierto al
exterior por una serie de "ventanillas". Justo en el lugar donde la
charca se estrecha, se encuentra el Sifón de las Buitreras. Una pequeña placa
nos indica el lugar exacto por donde surge el agua.
Siguiendo
el camino, a unos 200 metros del sifón, nos encontramos con la garganta. Unas
asombrosas paredes verticales de más de 100 metros se alzan sobre el lecho del
río.
Hasta
aquí el camino ha sido relativamente fácil. Debemos tener en cuenta que a
partir de este momento el trayecto se hace más complicado. El camino se pierde
con frecuencia entre el matorral y la pendiente es elevada. Sin embargo, aún
nos queda por ver lo mejor. Merece la pena subir hasta la parte superior de la
garganta y desde allí bajar al Puente de los Alemanes. Para ello, primero
debemos subir hasta un pequeño llano situado a la derecha de donde terminan las
"ventanillas" y el ferrocarril se adentra en el túnel, desde allí
sale un camino que nos lleva hasta la cumbre.
Desde la cima de la garganta, si miramos en dirección hacia El Colmenar,
podemos apreciar una impresionante panorámica del Valle del Guadiaro. Una
vegetación exuberante cubre las laderas de las montañas. Mientras, en lo más
profundo del valle, el río serpentea lentamente hacia el pueblo. Es fácil desde
aquí poder ver buitres leonados volando sobre nosotros; y si vamos en la estación
adecuada, podremos ver algún nido en las paredes verticales de la angostura.
Ahora descenderemos al otro lado de la garganta. La vegetación es más
escasa y no hay tanto matorral. Debemos seguir el camino que nos lleva hasta el
Puente de los Alemanes. Fue construido en 1918, y por su interior va la
conducción de agua que alimenta la Central Hidroeléctrica. Se puede acceder al
puente por un túnel excavado en la roca. Debemos advertir que la visita al
puente es bastante peligrosa, ya que las barandillas laterales son muy bajas.
Toda precaución es poca, especialmente en los días de fuerte viento.
Desde el puente se puede apreciar una impresionante vista de la
angostura. Sin embargo, debemos reiterar que carece de las medidas de seguridad
adecuadas, y que un resbalón desafortunado puede tener unas consecuencias
trágicas.
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