Mina la Jayona - Historia
La mina o minas
de La Jayona entran en la historia en 1900, cuando la Estadística Minera de
España de ese año recoge que las minas “Ya te lo decía” y “El Monstruo”, sitas
en la Jayona, producen 3.960 Tm de hierro, que son conducidos en caballerías
menores (borricos) hasta la estación de Fuente del Arco, y desde aquí, por el
ferrocarril de vía estrecha hasta Peñarroya, donde se emplean como fundentes
para los hornos de plomo.
La propiedad de
las minas de La Jayona es la Sra. Marquesa de Bogaraya y estaban arrendadas a
una sociedad Belga dirigida por D. Carlos Merlín-Huybrechts. La dirección de
las labores corre a cargo del ingeniero químico D. Julio Merlín.Durante 1901 y
1902 La Jayona, concretamente la mina “Ya te lo decía” sigue siendo la única
mina de hierro en explotación de toda Badajoz, con producciones de 7.090 Tm y
9.290 Tm respectivamente. La ley media es de 53%.
El 4 de marzo de
1902 el Alcalde de Fuente del Arco, D. Manuel Paz, coloca la primera piedra de
las obras de instalación del tranvía aéreo, que llevará el mineral desde las
minas de La Jayona hasta la estación del pueblo. La construcción del cable
aéreo corre a cargo de la Sociedad Franco-Española de Trefilería, de Bilbao,
dirigida por el ingeniero D. Camilo Laliéve. El último trimestre de este año la
mina dejará de producir para dedicar los trabajos íntegramente al tendido de
dicho cable aéreo, tareas que se prolongarán hasta junio de 1903. El cable es
del sistema Bleichnert y mide 5.600 metros.
Este mismo año
(1902) tiene lugar la constitución en Madrid de la Sociedad Auxiliar de Minas e
Industrias, sociedad financiera que jugará un papel decisivo en la explotación,
de las minas de Bogaraya. El 14 de Abril de 1902, dicha sociedad se constituyó
con el objetivo de ayudar a empresas industriales que no posean un capital
suficiente para el desarrollo completo de los negocios y la primera inversión
de esta sociedad va a ser, precisamente, la construcción del cable aéreo de las
minas de hierro de La Jayona, saliendo en auxilio de la empresa Belga que tiene
problemas de capital.
En 1904 la
Sociedad Auxiliar de Minas e Industrias se ve obligada en hacerse cargo de la
dirección, administración y explotación de las minas. Bajo la dirección del
ingeniero Alfredo Medina, la mina está preparada para el arranque de 400Tn
diarias y se instala una máquina de vapor Davey-Paxman de 60 caballos y una
caldera Babcock-Wilcox, por ser insuficiente las primeras instaladas por la anterior
compañía Belga. Este año la mina “ Ya te lo decía” produce 16.000 Tm de
mineral
En 1905 la
producción es de 17.712 Tm. En los tres próximos años las minas de
La Jayona van a vivir su época de esplendor, enmarcada en la edad de oro de la
minería metálica española del primer tercio del siglo. El número de
trabajadores en 1906 es de 437 y funcionan tres máquinas de vapor con una
potencia total de 180 caballos. Entre este año, y al menos, hasta 1908
funcionarán dos explotaciones, la mencionada “ Ya te lo decía” y “El Monstruo”.
La Revista
Minera, Metalúrgica y de Ingeniería de 1907 comenta que la Sociedad Auxiliar de
Minas e Industria “ tiene un negocio excelente en sus manos, pero que necesita
tres veces más capital del que hasta ahora ha invertido en él”, proponiendo
construir más hornos.
El decaimiento
de la actividad minera parece ser la tónica durante la segunda década del siglo
XX. Aunque en 1912 se extrajeron 11.686 Tm. La Estadística Minera de 1913
comenta la existencia de “ la explotación del grupo de La Jayona, en Fuente del
Arco, que lleva una vida lánguida, y sólo continúa con el fin de amortizar en
lo posible, el capital empleado en su línea aérea de transporte. Las minas de
La Jayona pueden considerarse como agotadas, sin haber dado producto”.
En 1914 estalla
la Gran Guerra y todo el sector va a verse afectado durante los próximos años,
en un primer momento las fabricas funcionaron a pleno rendimiento llegando a
las cotas más altas de la península, al término del conflicto esta producción
se resintió plenamente debido a las reservas estratégicas acumuladas durante
los años de guerra que desequilibró el mercado mundial de los metales,
provocando el cierre de establecimientos metalúrgicos y explotaciones mineras.
En Badajoz, la
situación produce el progresivo cierre de explotaciones. En 1915 han parado su
actividad todas las minas de hierro de la provincia excepto La Jayona, que
sigue teniendo su producción asegurada en la fundición de Peñarroya.
En 1921 una huelga volverá a paralizar la fundición de Peñarroya
desde el mes de Febrero hasta el 10 de Mayo, tras el intento de la empresa de
reducir los salarios. La paralización de los trabajos en La Jayona, subsidiaria
de Peñarroya, tiene lugar el 20 de febrero de 1921, con una producción de 2.054
Tm de mineral de hierro. Finalizará así la explotación de la única mina de
hierro de Badajoz, tras haber extraído, aproximadamente 270.000 Tm de mineral y
dejando, entre otros restos, una espectacular trinchera de 800 metros de
longitud, 18 metros de ancho y 80 metros de profundidad media.
Entre 1918 y
1921 el material era utilizado para el funcionamiento de La Siderurgia del
Pedroso, pero el elevado coste del transporte obligó a paralizar la explotación
de la mina de La Jayona.
El 21 de abril
de 1936 se otorga una concesión de investigación en el paraje de La Jayona a
Eduardo Castillo Blanco de Sevilla, sobre 12 Has. Unos meses más tarde estalla
la Guerra Civil Española y el cable aéreo es desmontado y vendido ese mismo año
por las tropas del General Franco a su paso por Extremadura.
En 1965 se
otorga una concesión de investigación sobre 108 Has en La Jayona a Francisco
Risco de Sevilla y dos años después declara que “ se ha procedido a la
reconquista de los socavones existentes y 50 m3 de calicatas y extrayéndose
unas 50 Tm de mineral de carbonatos de Fe con una ley media de 35%”. Esta es la
última referencia histórica que tenemos de La Jayona
El ferrocarril
minero Peñarroya - Fuente del Arco pasa a manos del Estado en 1956, quién, una
vez constituida la empresa de ferrocarriles de vía estrecha (FEVE), suspende el
servicio y desmantela las vías en 1970.
Geología
A lo largo de
los diferentes niveles o recorridos por el interior de la mina, sobre taludes,
pozos, salas o galerías pueden observarse, al margen de restos de la actividad
minera (polvorines, anclajes, cargaderos, sostenimientos, etc.) que muestran el
sistema de explotación de la época, manifestaciones geológicas de enorme
calidad, entre las que destacan: un gran plano de falla, las mineralizaciones y
los procesos kársticos.
El Plano de falla, deja al descubierto más de 300m2, visibles con asombrosa nitidez, las estrías formadas y que indican la dirección y sentido del desplazamiento de la tierra en esta zona hace millones de años. Asociado a la falla se aprecian numerosas mineralizaciones y rocas formadas al calor del movimiento.
El Plano de falla, deja al descubierto más de 300m2, visibles con asombrosa nitidez, las estrías formadas y que indican la dirección y sentido del desplazamiento de la tierra en esta zona hace millones de años. Asociado a la falla se aprecian numerosas mineralizaciones y rocas formadas al calor del movimiento.
Los procesos kársticos, tanto de disolución como de precipitación, son de primera magnitud. Entre los procesos de disolución se aprecian los distintos grados de evolución, que varían desde afloramientos de calizas con huecos rellenos de arcillas de descomposición hasta calizas altamente karstificadas que alcanzan su cenit en la vecina cueva de Los Muñecos, situada a escasos metros de la mina. Entre los procesos de formación destacan pequeñas estalactitas situadas a la altura de la vista y que cuelgan de la clave de numerosas galerías.
Otros elementos geológicos que ha dejado al descubierto la excavación son: contactos litológicos, plegamientos de la roca o estructuras sedimentarias, como marcas de corriente, que recuerdan el origen marino de las rocas.
Recorrido por la mina.
Como
consecuencia de la actividad minera han quedado testigos de pequeñas
construcciones y once niveles en los que se suceden andenes, galerías, plataformas,
salas, etc, que hoy día constituyen un completo geo ecológico de primera
magnitud. De estos once niveles en la actualidad, sólo se pueden visitar los
niveles nº 2, 3 y 4.
En este nivel
son de gran interés: los sonidos de las aves rupícolas, las estructuras
minerales, la vegetación del fondo de la mina, el plano de falla y los juegos
de luz de la Sala de las Columnas.
-Este Nivel está actualmente cerrado por
obras-
En este nivel destacan: los sonidos y manifestaciones de las aves
que se aprovechan cualquier oquedad y/o resquicio de las rocas para construir
sus nidos y los juegos coconicos en el último tramo del nivel.
Aquí podemos visitar el Centro de
Interpretación, donde se mostrará una presentación audiovisual sobre su
historia.
En este nivel se puede observar: restos de la explotación minera,
los contrastes de la vegetación del fondo y exterior de la mina y, desde los
balcones y miradores, la gran riqueza geológica del hueco central de la misma.
Ermita de Nra. Sra. del Ara - Historia
El Santuario de
Ntra. Sra. del Ara se encuentra situado en las estribaciones de Sierra Morena y
a unos siete kilómetros de Fuente del Arco. Todo el paraje que lo circunda
resulta ser de gran riqueza arqueológica, aflorando sobre todo restos romanos,
lo que nos lleva a sospechar de la posible existencia de algún centro religioso
y cultural pre-cristiano.
El santuario lo
mandó edificar, casi a sus expensas, el prior santiaguista Don García Ramírez.
La construcción data de finales del siglo XIV principios del XV, y en un
principio no existía nada más que la iglesia sin espadaña ni camarín, y unas
construcciones anexas de las que aún hoy quedan restos.
Concluida la
iglesia en 1494, existían dos casas de morada junto a la ermita, la ocupada por
el santero y la que acogía a los que venían a velar, más una bodega.
En 1549 ya
existía la Sacristía, aunque reformada posteriormente para la construcción y
acceso al Camarín. Los arcos tapados que se observan indican que formaron una
galería abierta, como se refleja en la documentación de 1549.
La arquería de
la fachada sur de la Iglesia, de estilo mudéjar está compuesta por arcos muy
peraltados que se apoyan sobre pilares poligonales (los únicos que hoy
permanecen al descubierto), los de oeste y norte fueron cegados al levantar las
construcciones anexas. Tras la arquería observamos una puerta de acceso al
interior del templo con arco de herradura enmarcado en alfiz, donde aparecen
restos de columnas romanas.
A finales del
siglo XVI la iglesia era la misma que ahora contemplamos, salvo que no contaba
con la espadaña (campanario), ni con el camarín. Se debió contar con algún
pequeño campanil sobre el arco toral, ya que encima de dicho arco, hasta 1494
se encontraba una esquila y en 1603 se compró la campana de la ermita de Ntra.
Sra. del Ara.
La espadaña se
levanta sobre los muros de los pies de la iglesia y se compone de dos cuerpos.
El primero con dos vanos con arcos de medio punto, y el cuerpo superior con un
solo vano y dos aletones triangulares curvos. Los dos cuerpos tienen medias
columnas adosadas y el superior se corona con un frontón triangular. La
espadaña se finalizó a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII.
La única nave de la iglesia se cubre con bóveda de cañón, y tiene
una longitud de 17 metros y una anchura de 8 metros y medio.
Todo el edificio
se encuentra orientado hacia saliente.
Entrando en el
patio que forman los pies del templo y las construcciones anexas, en la
documentación de la Orden de Santiago estas construcciones anexas aparecen
como:
·
Aposentamientos.
·
Casa
del santero.
·
Bodega
con lagar.
·
Molino
de aceite, del que se hace ya mención en 1575.
En el suelo de
una de las salas del molino aparecen las bocas de las tinajas empotradas en el
suelo, donde se guardaba el aceite. En esta sala como único adorno aparece el
escudo oval de armas de la Orden de Santiago.
El patio cuenta
con una fuente en la que los feligreses arrojan monedas y piden sus deseos.
En la parte
norte, en el cercado interior de los aposentamientos mandados a construir por
el prior García Ramírez, se puede contemplar un cierto número de tumbas de
diferentes tamaños excavadas en el suelo rocoso (posiblemente son tumbas
fenicias), pendientes de estudio.
La vista
panorámica desde el campanario es estupenda, podemos observar:
·
Sierra
de San Miguel.
·
Sierra
del Viento.
·
Ribera
del Ara.
Sierra de la
Jayona: el topónimo de la serranía, Jayona, es de posible origen árabe, puede
venir de la palabra árabe “aiun”, que significa pozo, manantial, fuente. De ahí
tomó su nombre el personaje regio Jayón, que junto con su hija y su pueblo fue
beneficiario de la aparición de la Virgen. Ésta recibió el sobrenombre
religioso, cristiano y pre-cristiano de Ara, piedra sacrificial, no ajena a los
lugares de esta serranía, transitada por milicias romanas, luego por berebere y
más tarde por caballeros cristianos que lucharon por estos parajes.
Ermita de Nra. Sra. del Ara - Interior
La única nave de
la ermita se cubre mediante bóveda de cañón de estructura poco frecuente,
presenta diseño con acusado peralte sustitutivo quizás, de una cubierta de
madera anterior.
En 1736, se
finalizó las pinturas de la bóveda del Santuario, con un magnífico programa
iconográfico desarrollado sobre la bóveda de la iglesia, de autor desconocido
aunque probablemente de la escuela llerenense, y evocando de forma directa
creaciones de grandes maestros. Por estas fechas debió colocarse el Retablo
mayor.
El Camarín, se
terminó a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. La obra del
Camarín, exigió la ampliación de la antigua Sacristía, prolongándose más allá
del espacio ocupado por la capilla mayor hasta el límite del propio camarín. Es
de planta cuadrada, sobre la que emerge un cuerpo octogonal con linterna de
media naranja, de clara influencia barroco-renacentista.
La Capilla
Mayor, que se abre a la nave central por un gran arco toral, reduce su anchura
a poco más de 5 metros y su profundidad es de 4 metros y setenta y cinco
centímetros. Dicha capilla se divide en dos tramos, señalados en superficie por
delgadas columnas adosadas y se cubre con bóveda de crucería. El testero queda
ocupado por un hermoso ejemplar de retablo barroco de tres calles, con
abundante profusión de elementos escultóricos casi de bulto redondo, que se
adaptan a los ochavos de aquel también en altura, al dotársele de cascarón de
paños triangulares. En la calle central a los pies de la imagen titular, se
colocan las imágenes de bulto del rey Jayón y su hija, a través de un gran
ventanal (lugar en el que se coloca la imagen) queda abierto el Camarín,
estancia de planta cuadrada con pilastras en los ángulos que facilitan el paso
a las pechinas de la cúpula. El acceso a dicho Camarín se logra por espaciosa
escalera que arranca de la sacristía, estancia también abovedada por cañón
sobre lunetos y dividido por dos tramos en fajón, con una superficie de 9,15 X
4,25 metros.
La historia de la creación, paraíso, destierro e hijos de Adán y Eva (Caín y Abel), se distribuye en doce escenas (nº 1-12), la de Abraham desde su encuentro con Melquisedec hasta el sacrificio de su hijo, en otras cinco (nº 13-17), la del Diluvio desde la Torre de Babel hasta el Sacrificio de Noé, en cinco (nº18-22). Las cuatro restantes se destinan a la historia de Isaac y Rebeca (nº 23-26).
En la bóveda del coro se han dispuesto, a los ángulos, cuatro bellas figuras femeninas, acompañadas de diversos atributos, que vienen a representar los cuatro puntos cardinales y los signos correspondientes del Zodiaco.
La superficie de
los muros se decoran en la parte superior con un simulado entablamento por el
que discurre un original friso de poderosos roleos vegetales, en el que se
insertan figurillas y algunos animales. Un continuo de rectángulos, bajo este
entablamento, acoge alternamente, un tema floral y una estación de Vía Crucis.
Por fin, en la parte inferior, aflora un continuo de cuerpos prismáticos en
sesgo, en cuyos netos se dibuja una ventana de arco conopial, produciendo así
la ilusión de un ordenado paisaje arquitectónico.
Entre 1550 y
1575 varios elementos del templo se cubrieron con azulejería (de la Cartuja de
Sevilla) las gradas del Altar Mayor, los asientos que rodean el templo y los
frontales de los altares laterales.
E
n la actualidad
se encuentran restauradas la mayor parte de las pinturas excepto las que hay
tras los retablos laterales y el Altar Mayor, cuyo retablo también está en
proceso de recuperación.
San Nicolás del Puerto
Los orígenes de San Nicolás del
Puerto se remontan a los lejanos tiempos de los celtas, que establecieron aquí
un asentamiento denominado 'Iporci'. Estos genuinos habitantes del sur cedieron
ante la
llegada de posteriores civilizaciones, y sobre todo con la colonización
emprendida por Roma a ambas orillas del Mediterráneo.
Los romanos
dejaron en este sitio su peculiar impronta, que hoy día se testimonia gracias a
los importantes vestigios que se conservan de su presencia, los más importantes
son los del 'puente de piedra' sobre el río Galindón (aunque su apariencia
actual se debe a La ermita es declarada Bien de Interés
Cultural, con la categoría de monumento el 2 de octubre de 1993.
al enclavarse en terrenos elevados de alto
valor estratégico en unos tiempos en que el control de las plazas cobradas se
debía al predominio militar. Algunos autores, por su parte, defienden la
hipótesis que afirma la existencia en este lugar de la 'ciudad de Hiporcia',
atravesada por la calzada romana que enlazaba Sevilla y Mérida.
Tras el tibio paréntesis visigodo, la actual 'San Nicolás del
Puerto' pasó a manos de los moros conquistadores en el siglo VIII. Los árabes
fueron artífices del progreso local gracias a la explotación de sus 'minas de
plata', tan espléndidas que convirtieron la zona en un lugar de fama.En tiempos
del rey musulmán Aznnar Benajaque se procedió a la construcción de la 'gran
fortaleza' cuyos restos, concretamente una de sus torres, permanecen como aval
de esa época.
Una nota más sobre la historia de este
pueblo recoge el nacimiento en él del célebre religioso San Diego de Alcalá,
así llamado por pasar parte de su vida y morir en Alcalá de Henares. Por lo que
respecta a la crónica local, tras la llegada de los castellanos se incorporó a
las propiedades cristianas y con ellas vivió las mismas vicisitudes y
situaciones que afectaron a la provincia y al país hasta nuestros días, pasando
por la posesión que tuvo de la zona el Conde -Duque de Olivares hasta el primer
tercio del siglo XIX.
Otros vestigios importantes son un 'cáliz
visigodo', 'monedas romanas' y un 'crucero de piedra' situado a la entrada de
la población correspondiente al tercer cuarto de siglo XVI, montado sobre una
'columna corintia'.
Nacimiento de la Rivera del Huéznar
Localidad: San Nicolás del
Puerto
Situación: Se encuentra en
pleno casco urbano.Fuente Natural que asombra al paseante por el volumen de
agua y la forma tan característica con que el agua sale del suelo a
borbotones.En éste Paraje se encuentra el Área Recreativa del Nacimiento del
Huéznar.
Cerro del Hierro
El Monumento
Natural Cerro del Hierro está situado a caballo de los municipios de
Constantina y San Nicolás del Puerto, en el Parque Natural de la Sierra Norte
de Sevilla y muy cerca del Monumento Natural Cascada del Huesna. Cobija un
espectacular paisaje donde se aúna la acción de la naturaleza y la del hombre,
cuyo resultado final ha puesto al descubierto un paleokarst de gran belleza e
interés científico y didáctico. Asimismo, en su interior se localizan especies
vegetales y animales de gran singularidad inmersas en un bosque de alcornoque
muy bien conservado, salpicado de árboles tan interesantes como el quejigo y el
roble melojo.
La
vegetación crece entre las calizas, y también en los sombríos callejones y
pozos. Aquí cohabitan diferentes especies de helechos como culantrillo de pozo,
blanco y menor, doradilla, lengua de ciervo y helecho macho, algunos
catalogados en el Libro Rojo de las Especies en Peligro de Extinción en
Andalucía. Este ecosistema es idóneo para el desarrollo de especies rupícolas,
es decír, plantas que están adaptadas a la vida entre rocas. Son numerosas las
aromáticas -tomillo salsero, cantueso, manzanilla amarga-, los arbustos
-madroño, bupléiro, lentisco, durillo- y las trepadoras.
En materia
faunística hay presencia de búho real y cigüeña negra, en franco peligro. En
los callejones y agujas se pueden ver durante todo el año diversas aves, como
roquero solitario y gorrión chillón; pero en primavera se suman otras como
collalba rubia, golondrina dáurica o abejaruco. En invierno se puede observar
al acentor alpino.
La presencia
de hierro en las rocas de este cerro fue el origen del aprovechamiento minero
que este enclave mantuvo desde época romana hasta el siglo pasado. Estos
trabajos dejaron al descubierto un paisaje de formas y colores únicos en el que
dominan agujas, corredores, poljes y dolinas, cavidades, simas, travertinos y
lapiaces. Las responsables de esta singular belleza son las calizas, rocas que
sufrieron una erosión parcial por efecto de la lluvia y de la nieve, dando lugar
a este espectacular karst que hoy es reclamo para amantes de la escalada.
Todavía
permanecen algunas infraestructuras que son recuerdo de su pasado minero, como
el antiguo trazado ferroviario que unía la explotación con la estación de Los Prados-Cazalla.
Su acondicionamiento como Vía Verde de la Sierra Norte permite recorrerlo a pie
o en bici. La ruta parte del antiguo poblado de la mina, donde residían los
trabajadores, y de la Casa de los Ingleses, residencia de ingenieros y gestores
de la mina venidos desde Escocia a finales del siglo XIX.
Para conocer
las singularidades de este Monumento Natural, nada mejor que recorrer otoño y
primavera el sendero Cerro del Hierro, una ruta que se adentra en las galerías
y túneles excavados en sus rocas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario