sábado, 16 de marzo de 2024

XXV EDICIÓN LXVII MILLAS ROMANAS

 

25 Aniversario de las LXVII Millas Romanas de Mérida


El pasado 15 de marzo volví a Mérida para participar, por tercera vez, en las Millas

Romanas que este año celebraban su 25 aniversario.

Esta vez me acompañaba Merchi y un puñado de buenos amigos con lo que el disfrute del

fin de semana en la ciudad estaba asegurado.

Desde que salí a las 19,00h fui cumpliendo los tiempos que me había marcado para poder

llegar con un buen colchón horario para los últimos 30 kilómetros. Mi objetivo, siempre, no es más

que terminar.

Los primeros 20 km son prácticamente llanos, te va envolviendo la noche y tienes que estar

pendiente a las señales. En un par de ocasiones, al grupo ocasional que pertenecía en esos

momentos, nos tuvieron que avisar porque nos pasábamos alguna señal. No fuimos los únicos.

Llega la subida al Castillo y seguidamente la de La Calderita. Subidas y bajadas pues es

terreno estrecho y con mucha piedra suelta lo que, para mí, las hace más dura.

Pasados estos dos altos llego a La Zarza para la cena. A partir de aquí hay más de 20

kilómetros de terreno llano hasta llegar a San Pedro de Mérida. Aquí la carrera se ha estirado y hago

muchos kilómetros solo, viendo en la lejanía las luces de otros participantes.

Dos nuevos altos por Sierra Bermeja. Voy poco a poco pues si las subidas son duras las

bajadas se me hacen interminables.

Pasada esta dificultad me quedan 30 kilómetros prácticamente llanos, algunos toboganes

hay, pero a la acumulación de kilómetros se une el calor que me va penalizando por lo que es

momento de tomarse las cosas con tranquilidad y cabeza.

Y al final, Mérida. Y allí estaban los amigos esperándome, llevándome en volandas con sus

ánimos en el último kilómetro y poder pasar la línea de meta, bajo el acueducto de Los Milagros, de

la mano de Merchi. 21 horas 18 minutos y 17 segundos fue mi tiempo.

De las tres participaciones es la segunda que acabo. La anterior me tuve que retirar en el

kilómetro 80 porque me pudo la calor.

Agradecer la labor de los voluntarios. A la empresa que ahora lo está organizando, aún le

queda un año más, en las redes la están calificando. Yo, mis quejas, las he hecho patentes en más de

una institución.

Con esto quiero resaltar y dar valor a los compañeros y compañeras que dirigen nuestro club

El Camaleón, con cuya camiseta hice orgulloso la entrada en meta, pues no hay empresa externa en

el mundo que dedique más tiempo y cariño en organizar eventos sin buscar recompensa alguna

como lo hacen ellos. Por eso comparto con ellos este miliario.




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