sábado, 6 de mayo de 2017

RUTA CIRCULAR EL COBRE/PRIONEROS/LAS CORZAS/RIO DE LA MIEL/ELCOBRE

 
 
El sendero de los presidiarios, entre las sierras del Algarrobo y el Bujeo, discurre por caminos abiertos en trabajos forzados por los presos políticos tras la Guerra Civil.
 La ruta comienza en el mismo lugar que el sendero 259, Río de la Miel, aunque en la primera bifurcación se toma el camino de la izquierda en dirección a Los Tres Pinos. Desde aquí se sube por la senda propiamente dicha hasta el Puerto de Comares. Allí dos torres dominan el horizonte sobre jérguenes, aulagas, brezos y chaparros. La pista toma altura por las lomas del Algarrobo para adentrarse otra vez en el valle del río de la Miel donde se divisa una magnífica vista del “canuto”, encajado entre la Sierra del Algarrobo y el cerro de Las Esclarecidas. Posteriormente, el camino alcanza el Puerto de la Higuera, máxima altura del sendero, para descender hacia la barriada de El Bujeo


 
 La densidad de la vegetación en estos bosques de ribera obliga a numerosas plantas trepadoras a enredarse en los troncos buscando la luz y construyendo una bóveda vegetal, provocando un clima especial que ha permitido la supervivencia de especies desaparecidas del resto del continente europeo, como el rododendro u ojaranzo. También destaca en esta zona, una de las mejores alisedas del parque natural.




 El río de la miel o río de las pozas como se le conoce en el municipio, nace en la Sierra de Luna y recorre todo un frondoso y verde valle repleto de alcornoques, de alisos, helechos, entre otras especies, conformando un microclima característico en los ríos del Parque de Los Alcornocales, conocidos como bosques en galería o canutos. Este sendero discurre por las márgenes del río hasta llegar al salto de agua de la Chorrera, pudiéndose continuar hasta mucho más arriba

 Hoy la zona ya esta recuperada y podemos disfrutar de una zona tranquila donde la temperatura y el sonido del agua nos invitan a un agradable paseo, que podemos realizar en cualquier época del año

 
Parece increíble que lugares tan maravillosos y bien conservados se encuentren tan cerca de un núcleo urbano como es la ciudad de Algeciras. 
La abundancia de agua hizo que en estas gargantas se instalaran molinos harineros que aprovechaban la energía limpia para hacer funcionar el ingenio hidráulico. El sendero finaliza en una bonita cascada.





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