sábado, 7 de abril de 2018

MARATHON DES SABLES


Nuestro compañero Ángel ha participado este año en el Marathon des Sables y además a conseguido su octavo reto. "Enhorabuena Ángel"






Ángel:
WALK ON!!!! El único equipaje que puedes llevar es todo lo que no puedes dejar atrás. Este año mi mochila era muy ligera... solo lo necesario: el amor de mi familia fue mi motivación y un IPod cargado de canciones de @acdc para darme energía y de @u2 para sentirme feliz. Puedo en esta vida dejar atrás todo excepto la ligera carga de mi mochila. @marathondessables 

Gracias Ana por tu apoyo y alegría en todos los avituallamientos y siempre atenta a nosotros. 






















Sin duda el primer día es el más duro, te enfrentas a un ambiente totalmente hostil, con tu mochila tope de peso y con tu cuerpo rechazando de pleno este entorno, pero poco a poco te vas acostumbrando y a partir del tercer día estas hecho para el desierto como si hubieras nacido allí. Algunos abandonan, pero muy pocos, ese es un detalle que siempre me ha sorprendido de la Marathon des Sables, el poco porcentaje de abandono, los que van saben a lo que van.
Tras seis meses de preparación física, mental y de material, Sables es una experiencia única en el mundo, durante seis días estas desconectado de todo, solo tú y el desierto, la convivencia en la haimas con los compañeros y tu reto personal.
En Sables nada estará a tu favor, todo lo tendrás en contra: el terreno, el clima, las etapas, el descanso, la comida, el aseo diario…. todo será difícil de afrontar, no existe nada que te pueda ayudar y todo será un reto que superar. Hacerte la comida con nuestros pequeños hornillos para calentar el agua para los liofilizados y dormir al cobijo de las estrellas. Un experiencia única que hay que vivir.
Todo ultra fondista debería ir y vivir esta experiencia, seguro que repetirá te quedaras enganchado.
Este año sufrí todos los días, mi primera etapa fue ligera y más fácil, me encontraba entero y aunque la mochila me pasaba casi 8 kilos y medio mi espalda la había preparado muy bien. Fue una etapa ligera que no quise apretar mas para como siempre reservar, al final la termine en cuatro horas y media.
Ese primer día el desierto enseño los dientes y no nos dejo descansar bien y tuvimos nuestra primera tormenta de arena, comimos mal y descansamos poco.

Al siguiente ya nos esperaba una etapa trampa, 39 km, al principio muy llanos y con un final de etapa muy duro con la subida y bajada al famoso Jebel el Otfal, una montaña de más de 900 metros de altura, con una subida de 3 kilómetros y con un porcentaje del 20% de desnivel el muchos tramos.
Los 25 primeros kilómetros tuvimos viento en contra lo que convirtió la etapa en el primer infierno y la que termine en casi 7 horas. En la vida de la haima se repitió la misma historia, tormenta de arena nocturna, poco descanso y solo pensar en el tercer día.

La tercera etapa era casi de montaña, ya que aparte de volver al Jevbel El Otfal pasamos por tres pequeñas montañas que se hicieron muy duras, termine con mejores sensaciones pero solo pensaba en la cuarta etapa y en no desgastarme demasiado. Mi objetivo no era la clasificación sino volver a casa con mi medalla finisher. Ese día el desierto se apiadó de nosotros y nos dio tregua, pudimos comer bien y descansar mejor.
 
El cuarto día y cuarta etapa era la Non Stop, 87 km de dunas, arena y continuas subidas y bajadas, hasta entonces el calor con el viento no se había sentido mucho, pero ese se apareció y presento sus credenciales. En la salida de etapa, caras serias, miradas intensas y silencio, toda el mundo se mira, se desea suerte y se piensa en lo que nos espera. Mi intención fue hacerla de un tirón y pararme lo menos posible en los 7 avituallamientos que tuvimos y así lo hice. Me fue muy bien y con un buen tiempo final, aunque el bajón me vino en los últimos 10 kilómetros en los que pensé que debería haber parado un poco. Al final termine la etapa en 18 horas, lo que tenia pensado. Solo había que recuperar, descansar, comer y curar la heridas de los pies. Yo este año tuve mucha suerte, solo dos ampollas, aunque allí se ven verdaderas carnicerías.
 
El siguiente día lo tienes de descanso para afrontar la quinta etapa de 42 kilómetros, que esta ocasión fue muy llana pero que tuvimos mucho viento de nuevo en contra, pero ese día se toma de otra manera, sabes que ya has terminado, que es solo tirar esos kilómetros como puedas y acabar. Ese es el día que te dan la medalla finisher, ya que el sexto día es una pequeña etapa de 8 kilómetros de carácter solidaria, obligatoria pero no competitiva.
Ese sexto día fue uno de los mejores, vas acompañados de tus amigos, convertidos en hermanos del desierto después de la experiencia vivida y este año tuvimos el privilegio de cruzar las enormes dunas de Merzougha.
 
 




No hay comentarios:

Publicar un comentario