sábado, 21 de abril de 2018

Sierra Azanar


Modalidad: Circular-Lineal

Distancia: 6.1 Km.
Dificultad: Baja
Duración: 3 horas (con paradas)
De interés: Muralla romana, Cisterna de acumulación”Caput Aquae”, cisternas o pilas de decantación “Piscinae Limariae”, cisterna terminal
























Nos dirigimos a La Perdiz, barriada rural de Arcos de la Frontera asentada entre la Sierra de Aznar y el embalse del Guadalcacín. Una vez allí dejamos los coches en un aparcamiento habilitado para autobuses antes de salir de La Perdiz. El centro de interpretación de la Ciudad Romana de Sierra de Aznar posee un pequeño aparcamiento para turismo que al encontrarse en estado de abandono está cerrado. Lo más conveniente es dejar el coche en la zona de aparcamiento para autobuses.
El interés en visitar esta antigua ciudad ibero-romana radica en una construcción típica romana de nombre Castellum Aquae (Castillo de Agua) que permanece oculta por la vegetación y que posee como mayores atractivos una gran cisterna de época romana que podía albergar 2 millones de litro de agua así como la monuntalidad de las cisternas de decantación que se encuentra a los pies de la Sierra de Aznar con el embalse de Guadalcacín de fondo de pantalla.
La visita es relativamente corta dependiendo del número de parada que deseemos realizar. Con un promedio de unas 3 horas es suficiente para visitar, fotografiar  y disfrutar del yacimiento. Aunque en un primer tramo existe algo de pendiente la ruta es accesible para los más peques de la casa. 
El acceso al yacimiento un poco más a la izquierda donde comienza el camino enlosado y por un sitio sin valla y cancelas de color azul que deberemos dejar cerrada cada vez que la crucemos.
De este modo iniciamos nuestro camino por el camino enlosado no sin  quitarle el ojo de encima a la cabaña de vacas retintas que pastan junto a la calzada. El sendero enlosado está prácticamente en buenas condiciones a excepción de un punto donde un árbol ha caído sobre la misma y que nos obliga a caminar por las veredas creadas por las vacas. No obstante llegado a este árbol nos vamos a desviar a la izquierda obviando la calzada enlosado que acaba un poco más arriba. Con este pequeño desvío trataremos de entrar en la ciudad por la que se supone que fue una de las puertas al recinto amurallado. No obstante, ya por el camino enlosado y antes de toparnos con el árbol caído, a nuestra derecha veremos los primeros restos de muralla.
La muralla de la ciudad romana de Sierra Aznar se encuentra desperdigada por toda la sierra. Encontraremos tramos más o menos largo y alto. Sobre el terreno muy posiblemente en la época de la puesta en valor del yacimiento colocaron una serie de piedras en dos fila a modo de senda. Con una de ella nos toparemos que nos llevará hasta el perímetro del vallado.
Una vez aquí veremos una señal de color azul que nos indica que avancemos a la izquierda. No obstante es recomendable realizar una pequeña pausa para contemplar una cisterna de pequeñas dimensiones junto a la muralla.
Siguiendo las indicaciones de la flecha llegamos a la cisterna de Acumulación “Caput Aquae” o también llamado Baño de la Reina. Es sin duda junto a la cisterna de decantación que veremos en la segunda parte del recorrido lo más impresionante. Y es que, el yacimiento de Sierra de Aznar destaca por su vinculación con el agua, de ahí su Castellum Aquae de proporciones muy destacadas en comparación con las necesidades reales que debió tener la población. La impresionante cisterna de Acumulación o Captación con capacidad para 2 millones de litro de agua y la propia organización y dimensione de todo el complejo del Castellum Aquae hacen pensar que la ciudad debió de tener una conexión con el acueducto del Tempul para llevar agua a Gades (Cádiz). Merece la pena recorrer en la medida de lo posible y con mucha precaución los bordes de esta gran cisterna romana excavada en piedra y que se encargaba de recoger toda el agua de los arroyos y manantiales de la sierra para a continuación transvasarla desde este punto a las Piscinae Limariae  o también conocidos por cisternas o piletas de decantación.
Si seguimos cresteando la sierra por la derecha llegaremos a la zona norte de la sierra donde según varios autores se ha identificado con una necrópolis es destacable comentar las panorámicas de la Sierra de Grazalema con la Sierra de la Silla en un primer plano y la Sierra del Pinar de segundo.
Empezamos a bajar la Sierra de Aznar en búsqueda de las Piscinae Limariae, las depuradoras de la época romana. Es junto al Caput Aquae, la estructura en pie más impresionante del yacimiento. El agua que llegaba a las Piscinae Limariae provenía del Caput Aquae para ser depurada para a continuación transvasarla a la última de la cisterna: la Cisterna Terminal del Castellum Aquae.
Un conjunto de varias piletas conforman el Piscinae Limariae. Ninguna conserva la estructura abovedada en piedra en las dos primeras se puede observar la primera línea de piedras orientada para formar la bóveda. Hoy día, las cisternas permanecen a cielo abierto y dos de ellas presentan agua Las cisternas estaban comunicada una con otra Cuando una rebosa el agua limpia pasaba a la siguiente, y así sucesivamente.
Una vez que el agua era tratado por decantación seguía su curso descendente a otra piscina un poco más abajo: cisterna terminal. Aquí se almacenaba y se distribuía a la población mediante canales de agua.


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